martes, junio 8

La emperatriz de los techos

CLAROSCUROS
UNA MUJER EN EL TEJADO VACIO


Hace muchos años fue una admirada bailarina argentina de cabaret conocida como Leontina. Hizo carrera en tres países y se quedó a vivir en el Perú por amor. Todavía vive sobre los restos de un hotel abandonado

DAVID HIDALGO VEGA

Leontina Laiz gobierna las alturas de Lima desde un cobertizo abismal sobre el jirón Lampa. Su trono no tiene disputa ni sucesión posible, porque ha surgido del abandono: ocurre que la gente se fue olvidando de que ella vivía allí, en el antiguo hotel Astur del que hasta hace poco han dado cuenta los ladrones. En lo alto del edificio, cinco pisos encima de la realidad, habita una cabaña de tres por cuatro metros, desde donde sale para recibir el sol de las mañanas o el fresco de las noches, barrer el polvo de su azotea y otros necesarios quehaceres domésticos. Desde ahí también contempla el escenario salvaje del tráfico que a determinadas horas llega hasta arriba como un rumor unánime. Está aislada pero tranquila desde hace tres años en que no ha pisado la calle. Parece una reina en su torre. Es la soberana de la soledad.
Las paredes interiores de su refugio están tapizadas con fotos de revistas y afiches recortados. Algunas figuras son reconocibles, otras no tanto. Alguien podría ver en esos rostros de papel al público que ella ya no tiene. Leontina, la aclamada bailarina del antiguo Copacabana, debe transitar ahora sin tanto 'glamour' por los pasadizos desolados del hotel en el que fue huésped estrella. Mientras subimos las escaleras hasta su refugio, ella hace un último recuento de los daños recientes: "Esto no estaba así, acaban de robarse las puertas del tercer piso". Malditos ladrones. Malditos fantasmas. El edificio no tiene luz y en ocasiones ella debe subir o bajar en total oscuridad, sin olvidar persignarse en cada piso. "Un tipo murió en el quinto y lo encontraron después de varios días. A veces entro a esa habitación y le pido que esté tranquilo", comenta. Otro día salió de su cuarto a los gritos de su hijo -que ya es un tipo maduro- y se topó con un extraño bulto negro en plena azotea. Por el aire maligno, Leontina no tiene la menor duda de que era el demonio. "Los fantasmas no hacen daño", explica.

Intimidades
En el altar de su cabaña, al pie de su cama, tiene las fotos de sus padres ya fallecidos y la calavera de un hombre al que llama "Solo". "Era utilería de un canal de televisión. Me la regalaron. Al día siguiente pedí que se la llevaran, pero esa misma noche vi al hombre en sueños. Pedí que me la regresaran y Solo me acompaña desde entonces". Es como su protección, que, lo tiene bastante claro, en los edificios viejos nunca está demás.
En los anaqueles que ella misma ha fabricado con muebles reciclados hay varios álbumes que registran, un recorte tras otro, su paso por los teatros argentinos, por el cine, por los cabaret de tres países. "Yo no era ninguna improvisada cuando llegué aquí, tenía una carrera". En Chile fue conocida como una de las princesas del salón Pigalle. En Colombia pasó algunas peripecias, causadas por su empresario, que su belleza le ayudó a sortear. "Hasta me ofrecieron como dama de compañía, pero nunca acepté", recuerda. Si se quedó en el Perú -y esta es una parte conocida de su historia- fue por el amor a un torero que no le pagó bien. "Un torero es sinónimo de vanidad, amigos, borracheras, palizas", suele decir. Un día no soportó más. Y aunque en ocasiones el hombre reaparece por ahí, ella solo lo recibe por ser padre de su hijo. Ya no le quedan cenizas por atizar.
Leontina Laiz es una actriz de carácter. Le ayuda esa voz cavernosa de fumadora incurable y los rasgos felinos que el tiempo no ha podido escamotear. Mucha gente recuerda su personaje de Madam Charquikan en los programas de Tulio Loza. Alguien notará que fue la hermana Ruth de Los de arriba y los de abajo, o Sara More, la prostituta de una miniserie sobre Felipe Pinglo. Algunas apariciones breves en cine han sido menos reconocidas. Y tiempo atrás fue la abuela que se moría antes de dictar el ingrediente principal de su receta secreta en un comercial de televisión. Papeles intensos o sutiles que encarna como una médium a sus espíritus. "Me gustaría al menos vender mi voz. No hay voces de ancianas en la tele. ¿Te das cuenta? Yo lo haría muy bien, tengo oficio", comenta, como renunciando a la vanidad de las cámaras.
El problema de ahora es que la pesadez va haciendo estragos sobre los huesos de la emperatriz de los techos. Hace poco se golpeó la cadera y se acentuó el dolor que hace años doblega su columna. Verla caminar así, encorvada mientras se balancea por los escalones de su Notre Dame, es casi doloroso. Ella tiene que aliviar cada malestar con calmantes pasajeros que no calman nada. Pero es lo que puede traerle su hijo de sus recurseos en la calle. En el largo tiempo que pasa sola, Lupe, su perra, es el único ser viviente que ingresa a sus dominios. Es su vigía y su edecán, la primera voz de alerta cuando alguien busca a Leontina desde los territorios bajos del exterior. Alguien ha dicho que el destino de los soberanos es gobernar en soledad, pero esto parece demasiado.
Nostalgias
A veces, la emperatriz observa el panorama gris de las azoteas limeñas y piensa que tal vez nunca debió dejar Argentina. "Entonces recurro al Hilo de plata. ¿Sabes qué es? Te acuestas a determinada hora y piensas dónde y con quien te gustaría estar. Se produce una conexión y te transportas, puedes sentir, volar. Es tan intenso que si te despiertan bruscamente te puedes quedar allá y no regresar jamás". Así retorna ella a escenarios más felices. El experimento le ahorra la pena de no poder juntar los diez soles necesarios para llamar por teléfono a los familiares que le quedan en su país. "Me gustaría regresar. Tal vez un día".
Por ahora, la economía de su reino no le permite esas visitas. Y sin embargo, Leontina Laiz tiene el gesto amable de alimentar con fideos triturados a las palomas que llegan a ella cada día como emisarios sin mensaje. Comparte sin miedo sus escasas reservas y mira las azoteas, siempre las azoteas, mientras un abismo de luz pálida se va apoderando de sus ojos.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

David Hidalgo:
Leontina necesita ayuda...tu la conociste...tu viste su situacion
ella necesita la ayuda de todo ser humano
ella esta viviendo en una casa de reposo
Por favor...por humanidad
hagamos algo por ella
El sindicato de actores del peru tiene la direccion donde ella esta
nadie esta libre de pasar algun dia lo que ella esta pasando ahora
el telefono del sindicato de actores es 4714179 y 2656777
por caridad AYUDEMOSLA

6 de septiembre de 2006, 12:49 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Estimados:
Mi nombre es Natán Solans. Hace 42 años que hago FX, Màscaras, películas ( Ver "Cine Nacional".Argentina.),etc. Y todo eso gracias a la Gran Leontina Laiz. Ella es la hermana de mi Mamà. Si; es mi Tía, que mucho me ayudó y ahora yo debo ver, con impotencia su decadencia. Es que este pais donde vivo ya se está pareciendo a la India. Sorry, lo lamento.

Natán Solans
WWW.FXTRUCOS.8M.Com

15 de diciembre de 2008, 10:57 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Fui una gran amiga de la señora Leontina,pero siempre deseó qué yo la llamara Chimi y núnca pude hacerlo,el ultimo dia qué hable con ella por telefono fue en Diciembre y lamentablemente no fui a verla,tengo un gran dolor en el corazón ,espero qué me perdones por no haber estado a tú lado ,te quiero mucho "Chimi"...descansa en paz!!
Yaruska.

7 de febrero de 2009, 12:47 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Natan Solans cuantas veces Leontina nos hablo de ti y nos pidio que te ubicaramos antes de ella fallezca, que malo eres...Ese asilo de ancianos tenia a Leontina sin comer, y la chantajeaba...muchas veces mi familia y yo corrimos a auxiliarla y pediamos ayuda para ella pero como es comun, nadie, absolutamente ni por caridad a un ser humano, nadie se apiado de ella...Natan Solans, cada vez que te lleves un pan a la boca acuerdate que la mujer que te ayudo muchisimas veces pasaba dias sin comer, nosotros le dimos un celular para que nos llamara inmediatamente cuando ella necesitara algo, y al llegar teniamos que esconder lo que le traiamos a Leontina por que la gente de ese asilo se lo agarraba todo....ella ha sufrido muchisimo,ahora que descanse en paz y que quede en la conciencia de todos los que nunca hicieron nada por ella, y los que se aprovecharon como el tipo que escribio un libro sobre ella y se quedo con todas su fotos y se robo todos sus recuerdos...SI LEONTINA ME LO DIJO ANTES DE MORIR...como Carlos Alvarez que hizo el show de ayudarla y nunca hizo nada y hasta Gisela que un dia se aparecio en el asilo a chantagear a Leontina...que les quede en la conciencia, inclusive a su hijo que se robaba la comida de su madre!!!

10 de agosto de 2012, 9:45 p.m.  

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